Drabble: Es cosa de tiempo Argentina x Chile

-Si tu quieres-
Manuel entrecerró los ojos apenado ansioso de una respuesta rápida. Cosa que al parecer no pasaría dado el estado del rubio.
Martín abrió la boca sorprendido mirándolo con esos ojos verdes que por un instante perdieron su aire de picardía y lo observaban curiosos, cuestionándose si es que había oído bien.
-¿Si yo quiero?-
El chileno afirmó suavemente con un gesto de cabeza, avergonzado por sus propios movimientos; su furtiva mano se deslizaba entre ellos y acariciaba la mano del argentino, entrelazándola con la suya tímidamente.
Las cosas habían cambiado en el universo de Martín. Algo había cambiado en el chileno.
Hace unos años lo hubiese golpeado por atreverse a proponerle una cita.
"Eso es de fletos, weón"
Un tiempo atrás, lo hubiese acompañado excusándose por las cervezas y la comida.
"Si tú pagai, todo bien"
¿Pero y ahora?
¿Si tú quieres?
¿Cómo debía enfrentarse a esa respuesta tan repentina -y sospechosamente afirmativa- luego de años y años intentando un solo "tal vez"?
Martín sonrió entendiendo la incomodidad del menor, de seguro él tampoco se esperaba decir eso y ahora se culpaba mentalmente por haber dicho aquello sin pensarlo.
-Claro que quiero, che- soltó por fin, dando un apretón a su mano cazada- O si no, por qué te invitaría, Manu. El caso es…-se acercó juguetón al chileno- Que no quiero obligarte a venir-
-Bueno- miró para otro lado ruborizado- No tengo nada que hacer y si insistes, me tengo que sacrificar no más po-
El rubio sonríe radiante. Y se permite robarle un beso en la mejilla. Manuel lo mira a los ojos de nueva cuenta, sorprendido.
Martín no puede evitar llenarse de cálida esperanza, está dispuesto a esperar un tiempo más, donde quizás, aquella respuesta a su invitación sea un directo "sí".
-¿Sólo en la mejilla?-
El argentino pestañea sin entender hasta resolver sus dudas con un cálido beso del castaño, quien se para de puntitas para poder robarle el aliento posando sus labios sobre la boca ajena.
Y Martín corresponde, estrechándolo de la cintura y cerrando los ojos.
Tal parece que no tendrá que esperar tanto, sólo es cosa de tiempo para que Manuel lo siga sorprendiendo con sus inesperadas acciones y demostrando sus sentimientos después de tan larga espera. Y con eso le basta.

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Fin